Descubrir rincones como Yuriria es más necesario que nunca. Y qué mejor que hacerlo con este Pueblo Mágico, uno de los más antiguos del estado de Guanajuato, fundado por Fray Pedro de Olmos en 1540.

Este Pueblo Mágico cuyo nombre en purépecha significa “lago de sangre”, debido a los colores de sus aguas, que adquieren tonalidades verdosas o rojas, es ideal para amantes de la naturaleza y el turismo de aventura.

Por eso, emprende un viaje carretero y disfruta de este poblado prácticamente desconocido, comunicado con Irapuato, Salamanca y Celaya, cuando las condiciones lo permitan.

Laguna

Sin duda, la atracción principal es la bella laguna que le da nombre al pueblo. Se trata de una laguna artificial, producto de la primera obra hidráulica del período colonial de América. este cuerpo de agua se puede recorrer y disfrutar en lanchas; además, se puede pescar o dar paseos en caballo por los alrededores.

Templo Agustino

El Templo y Ex Convento Agustino de San Pablo fue edificado bajo las órdenes de Pedro de Toro en 1550 e inaugurado 9 años más tarde. En sus inicios, en este recinto de tintes medievales se impartían clases de letras y artes para sus novicias. En la actualidad funciona un museo que bien vale la pena visitar.

Templo la Preciosa Sangre de Cristo

Su construcción se llevó a cabo entre los años 1884 y 1901, por iniciativa de Fray Blas Enciso, pero fue inaugurada por fray Fulgencio Villagómez Ruiz, el 31 de diciembre de 1901. La particularidad de este templo está en su interior: un Cristo negro de ébano, el cual llegó de Torrijos, España, mismo que es muy venerado entre los habitantes de Yuriria y de los pueblos en los alrededores.

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Templo del Señor de la Salud

Es un bello edificio que mandó a construir fray Alonso de la Fuente en 1639. En su interior se encuentra una imagen del Señor de la Salud.

Templo de la Purísima Concepción

En el barrio La Joya se encuentra esta hermosa iglesia construida entre los años 1710 y 1720 bajo las órdenes de fray Alonso de Esqueda.

Templo del Señor de Esquipulitas

Este templo fue mandado a construir por fray Tomás de Villanueva en el siglo XVIII, para lo cual se empleó cantera rosa. Se distingue entre otras iglesias por su fachada: rematada por una escultura de Jesús con los brazos extendidos, sobre un frontón triangular.

Ahuehuetes

Los jardines son bellísimos y es un punto de encuentro entre los visitantes y lugareños, allí hay un par de ahuehuetes, símbolos de este Pueblo Mágico.

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Celebraciones

La fiesta más importante de este Pueblo Mágico se lleva a cabo el 4 de enero, cuando se celebra la Preciosa Sangre de Cristo, donde más de la mitad de la población de Guanajuato se congrega a festejar en Yuriria.

Gastronomía

Como en todos los rincones mexicanos, Yuriria también tiene sus platillos típicos: Caldo michi, delicioso caldo de pescado que generalmente se prepara con bagre; Mole huilota, de frijoles y chiles tostados; o Tamales de ceniza.

Artesanías

En todo el Pueblo Mágico puedes adquirir hermosos trabajos realizados por artesanos del lugar, como rebozos, petates de fibra de tule, tejidos en punto cruz y cestería, entre otros.

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Andamos muy felices con esto de las bebidas nacionales, que agregamos una experiencia más en el itinerario para aventurarnos por la Ruta de la Raicilla y agasajarnos con el sabor de este destilado del agave.

Para quien no conoce el elixir, les contamos que ya cuenta con Denominación de Origen, su producción es atesorada por la Sierra Occidental y en la costa de Jalisco, donde precisamente se concentra la Ruta de la Raicilla.

Durante el recorrido que ofrece la Ruta de la Raicilla, se podrá paladear el sabor artesanal que caracteriza su elaboración, elemento que se ha ganado el corazón de todo intrépido viajero que la prueba.

Cada punto que conforma la Ruta de la Raicilla, es una parada obligada para adentrarse a las haciendas o tabernas de los Pueblos Mágicos y municipios de Jalisco, claro, hay que entrarle al trago mientras se descubren estos escenarios.

La Ruta de la Raicilla también nos muestra un abanico de lugares que van desde los tradicionales restaurantes, hasta los prestigiosos hoteles de la costa del Pacífico mexicano, donde por supuesto hay que remojar la garganta.

Continúa por la Ruta de la Raicilla

La Ruta de la Raicilla nos lleva a explorar la Sierra Occidental hasta llegar al paradisíaco Puerto Vallarta. También nos introduce a los Pueblos Mágicos de San Sebastián del Oeste, Mascota y Talpa de Allende, entre otros municipios jaliscienses.

Si bien cada parada nos invita ritualmente a catar esta delicia espirituosa que data del siglo XVI, asimismo descubrimos todo un universo cultural, histórico, gastronómico y más, dejando que la ruta guíe nuestros pasos por escenarios naturales y arquitectónicos.

En esta ocasión nos daremos una vuelta por la parte de la costa, para llegar a Raicillería La Lulú, donde el estómago se pone contento con platillos típicos y cocina internacional. El maridaje por supuesto se hace con caballitos de esta bebida.

Otra propuesta es el bar Colibrí, la perla verde del Pacífico mexicano, que simula estar en medio de la jungla, un estilo innovador que siempre cautiva. Entre las especialidades de la casa están los cócteles preparados con raicilla como Lady Escarlata.

También encontramos Gastro-Bar Embarcadero, ubicado al interior del Hotel Sheraton Buganvilias, donde nos esperan con las tres bebidas más representativas del destino: Tubazo, Lo que pasa en Vallarta y Crema de Raicilla.

A tan solo una hora y 15 minutos de Puerto Vallarta, la Ruta de la Raicilla nos conduce al Pueblo Mágico de San Sebastián del Oeste, donde se halla la primera cervecería del lugar conocida como Jardín Nebulosa, donde se produce la bebida.

A 11 km de este destino se encuentra la Hacienda las Tres Carmelitas, un lujoso espacio donde cómodamente se paladea la típica raicilla. En Mascota los atractivos se diversifican entre casonas que mantienen un estilo urbano del siglo XIX.

La Ruta de la Raicilla concluye en el Pueblo Mágico de Talpa de Allende, importante enclave del turismo religioso por su Basílica de Nuestra Señora del Rosario. Sus restaurantes también ofrecen la degustación de este destilado.

Xochimilco es uno de los atractivos turísticos de la Ciudad de México por su belleza y tradiciones, te decimos cuales son los imperdibles de este bello lugar.

Mercado de plantas de Cuemanco

En la alcaldía Xochimilco está el Mercado de plantas de Cuemanco, que es considerado el más grande y bello de toda Latinoamérica. Puedes encontrar plantas y flores endémicas e internacionales y de todo tipo de clima, también accesorios de jardinería y otros insumos como lo es tierra, vitaminas, macetas y un largo etcétera.

Museo Dolores Olmedo 

Si vas a Xochimilco es una visita obligada al museo Dolores Olmedo, el cual tiene ese nombre gracias a la coleccionista Dolores Olmedo Patiño. Este lugar se encarga de dar  difusión a las obras de Diego Rivera y Frida Kahlo, exhibiendo un acervo de aproximadamente 3 mil piezas, divididas para su exhibición en 12 salas distintas. También puedes pasear entre pavorreales y perros xoloitzcuintles en los jardines del museo.

Embarcaderos 

Sencillamente si no fuiste a los embarcaderos no fuiste a Xochimilco, esta atracción comenzó en los 30´s y no ha cesado desde entonces, Xochimilco cuenta con nueve embarcaderos, aunque los más populares son Nativitas, Zacapa y Las Flores Nativitas, en tu recorrido en trajinera podrás admirar la flora y fauna del lugar, así como de degustar los antojitos y hasta escuchar música regional.

Calvillo es un hermoso poblado que tiene  atractivos arquitectónicos, deliciosas tradiciones culinarias, textiles y cuenta con bellos paisajes naturales. Te contamos más de este inolvidable al Pueblo Mágico hidrocálido.

Calvillo es conocido como la capital nacional de la guayaba debido a la producción de esta fruta, tiene un hermoso centro histórico, bonitas rutas turísticas en el pueblo y  sus alrededores además de que debes de conocer las hermosas tradiciones.

Iglesia el Señor del Salitre 

Este bello templo se construyó entre los siglos XVIII y XIX,  fue abierto en 1870,  cuando aún estaba inconcluso. Su cúpula, es considerada la segunda más grande de Hispanoamérica. El estilo de su fachada es neoclásico y tiene una torre truncada que se empezó a cuartear mientras se construida. En el interior puedes admirar los frescos sobre la vida del Señor San José que están pintados en los gajos de la cúpula octogonal y en el altar recubierto de oro. Sin duda es un ícono de Calvillo por su belleza y valor histórico.

Dulces y guayabas 

Calvillo es el pueblo de la guayaba por excelencia y el cultivo y producción de esta fruta es uno de las principales actividades económicas del lugar; es por ello que no debes de perderte la visita a la  Fábrica de Dulces Guayags. 
Si caminas por las calles de Calvillo deberás probar la típica nieve de vainilla endulzada con mermelada de guayaba o comerte un «chamuco»  un pan típico de la región hechos de canela y pasta de azúcar.

Deshilados

Además de ser conocido por la guayaba , Calvillo es famoso por sus hermosos bordados deshilados, aún puedes ver como las mujeres se encuentran en las puertas de sus casas realizando sus bordados.

Ruta de las cantinas

En Calvillo hay una ruta en la que puedes visitar los bares y cantinas del pueblo – algunos hasta con más de 100 años de antigüedad – y probar un trago en cada uno de ellos.

En Calvillo también puedes visitar sus antiguas haciendas, presas y cascadas de sus alrededores, visita Calvillo, no te arrepentiras.

El Cerro Blanco de Durango, ubicado en cerca del pueblecito de Nueva Covadonga, en el municipio del Mezquital es un destino especial para todos aquellos que buscan aventuras y aman actividades como escalar. Sin embargo, hay diversas leyendas en las que aseguran que hay unas ruinas bastante inusuales, te contamos más.

Es muy común encontrar ruinas o vestigios de civilizaciones antiguas en montañas, cerros y laderas. Se dice que en Cerro Blanco, si vas por el lado del Cañón de Agua Caliente encontrarás las ruinas de lo que pudo haber sido un poblado en miniatura, las casitas que  miden de entre 60 a 80 cms. de altura y están pegadas unas con otras, lo más curioso de todo es que están ubicadas en lugares con terreno bastante irregular; estás casitas están  construidas con techos de carrizo y otate, y algunas aprovechan algunas oquedades de las barrancas.

Se dice que en la Cueva del Pitayo, muy cercana a la comunidad de Agua Zarca, se encontraron algunos objetos cotidianos muy pequeños como utensilios de cocina, flechas, hachas entre otros objetos, lo más sorprendente es que también hallaron algunos cadáveres momificados de un tamaño muy pequeño; por estas razones se les llamaron a estos vestigios «La cueva de los pigmeos».  Se han elaborado diversas teorías acerca de estas ruinas miniatura, algunas personas dicen que se trata de duendes que merodeaban en los poblados y rancherías aledañas y que al verse descubiertos corrían hacia los barrancos del Cerro Blanco, otras versiones apuntan a que estas pequeñas casitas fueron construidas por antiguas civilizaciones para almacenar pequeños granos o como casas para aves; sea cual sea la respuesta este misterio siempre nos fascinará.

Este hermoso jardín es un ícono de la capital mexiquense, te contamos porque es tan especial y admirado por todos.

El Jardín Botánico-Cosmovitral de Toluca, Estado de México se ubica en lo que fue el antiguo  Mercado 16 de Septiembre. Destaca por su bonita y elegante fachada exterior y un alma de hierro forjado estilo art nouveau. 

Al inicio de los 80´dejó de ser un mercado para transformarse en un jardín de más de 400 especies de plantas de todas las regiones de la República mexicana y varias partes del  mundo.

En 1978 Para darle una mayor vida al jardín el artista Leopoldo Flores en colaboración con un grupo de artesanos locales, iniciaron con la instalación de las más de 45 toneladas de vidrio soplado. Para tal proeza  se usaron cerca de 500 cristales de 28 colores diferentes  y aproximadamente 25 toneladas de cañuela de plomo fueron los materiales que se usaron unir las piezas que forman los 71 vitrales que rodean al jardín.

Leopoldo Flores explicó que su obra representa la lucha del bien contra el mal y la trascendencia de la vida. Una de las obras más representativas del jardín y por ende de Leopoldo Flores es el “El Hombre Sol”  cuya ubicación se encuentra en en lado occidental del jardín, la magia de esta obra es que durante los equinoccios de primavera y otoño se ilumina en su totalidad al caer la tarde.

¿Has escuchado hablar de Paquimé? Si la respuesta es “no”, te pedimos imaginar un pueblo en verdad enigmático que dejó su huella en una de las arquitecturas más originales y únicas de México. Prácticamente no hay otro tipo de casas parecidas en ningún otro lugar de nuestro país. Y para constatarlo, es necesario un viaje a 260 kilómetros al noroeste de la ciudad de Chihuahua, en Chihuahua.

A unos 500 metros del poblado de Casas Grandes y a 5 kilómetros de la ciudad de Nuevo Casas Grandes, la zona arqueológica de Paquimé ha cautivado la imaginación de artistas como el escultor Sebastián, quien aseguró que “tiene una personalidad muy definida, muy diferente a los demás asentamiento de la república”.

En ese asentamiento llegaron a vivir más de tres mil personas, quienes tuvieron un pasado rico en cultura, con orígenes muy distintos: del Desierto, de Occidente y del Centro de México. Su sistema religioso, su forma de organización social y su arquitectura, entre muchos otros elementos, hoy son motivo de inspiración para pensadores y artistas.

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No por nada desde 1998 forma parte de la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y quedó inscrita en 2015 en el Registro de Protección Especial de la misma organización mundial.

Arquitectos muy modernos

El admirable ensamble arquitectónico de Paquimé fue el epicentro de un gran e importante intercambio comercial y cultural entre los pueblos de América del Norte y Mesoamérica. Es el Centro Ceremonial de la Cultura Casas Grandes.

Si visitas este destino, te sorprenderá saber que sus antiguos moradores levantaron sus casas mediante una mezcla de agua y tierra, que fue una verdadera innovación arquitectónica en  el año 1200 d.C.

Para modelar los muros, utilizaron madera; esto y los techos de vigas y tierra apisonada darían la impresión de que no fueron lo suficientemente fuertes. Sin embargo, de acuerdo con expertos del Instituto Nacional e Antropología e Historia (INAH), los antiguos paquimenses construyeron “más de mil cuartos para dar forma a Las Casas Grandes que llegaron a tener hasta cuatro pisos de altura”.

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Por si fuera poco, en Paquimé el sistema hidráulico en ese complejo habitacional sorprende por lo avanzado de su organización. Casi como en tiempos modernos, hay canales, drenajes y laguna de oxidación de desechos, que atravesaban las casas a través de muros y pasillos. Es decir, el manejo del agua en esa zona era de avanzada.

Más que la arquitectura

Una visita a la zona arqueológica de Paquimé es para disfrutarse con tranquilidad, y para admirar con asombro los recovecos de esta zona de Chihuahua. Si de todas formas quieres  saber más sobre el lugar, te recomendamos el Museo de las Culturas del Norte, a una costado de Paquimé.

Este recinto alberga una de las más interesantes colecciones arqueológicas del norte de México; por ejemplo, exhibe piezas de cerámica de tipos polícromos y en especial vasijas antropomorfas y zoomorfas, piedras semi-preciosas, textiles, objetos suntuarios, restos óseos, entre muchas sorpresas más.

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Todo inicia frente al Túnel de Ogarrio, ahí se muestra ante tus ojos imponente y a la vez desafiante, son 2.3 kilómetros que tendrás que recorrer antes de llegar a tu destino final: el Pueblo Mágico de Real de Catorce.

Pero regresemos al principio, porque debes saber que el siguiente trayecto, forjado en la misma roca, data de principios del siglo XX y permanece como reflejo de la ostentación de poder de aquellos hombres que alguna vez habitaron Real de Catorce.

Es al final del Túnel de Ogarrio, que se devela como suspendido en el tiempo, el pueblo de Real de Catorce, cuyo rostro es de piedra que trasciende a lo enigmático, para desprender entre su atmósfera un olor a la flor de la biznaga, conocida como cabuche.

Los historiadores cuentan que Real de Catorce, localizado a 237 km de San Luis Potosí, inició su etapa de mayor esplendor en 1778, cuando eran explotadas sus minas, al igual que Guanajuato y Zacatecas hacían lo propio con las suyas, para convertirse en líderes en la producción de plata.

Real de Catorce una joya sin plata

Muchas leyendas rodean a Real de Catorce considerado como el pueblo fantasma del altiplano potosino, incluso el origen de su nombre aún se debate, pero hay quienes prefieren quedarse con la versión que cuentan algunos lugareños.

En aquellas épocas los caminos que conducían hacia Real de Catorce eran invadidos por ladrones. Una banda conformada por 14 asaltantes, fue aprendida y ejecutada por los delitos cometidos. En honor a esta hazaña de las autoridades, el número fue retomado para dar nombre al que ahora conocemos como un maravilloso destino.

Pero no solo sus leyendas son parte del atractivo que lo conforma, el misticismo, cultura y tradición huichol, se ha convertido en todo un símbolo de Real de Catorce, que cada año atrae a gente que desea vivir la experiencia de sus rituales sagrados.

Aquí es donde se encuentra el Wirikuta, la tierra sagrada para esta comunidad que también es conocida como wixárikas, los guardianes del peyote. Cada año realizan una peregrinación hasta el Cerro del Quemado, considerado su centro ceremonial, donde piden a sus Dioses por las cosechas y su bienestar.

Llegar hasta aquí es sobre caballo, un viaje largo de tres horas. Al regreso solo hay que disfrutar de la nostalgia y paz que ofrece Real de Catorce, con una botella de cerveza en mano, mientras se disfruta del cielo estrellado desde la terraza de alguno de sus bares, mientras se acompaña la cena con uno tacos de biznaga, que son tradicionales en estos lares.

Al día siguiente se puede comenzar una nueva aventura al recorrer el desierto en camionetas Willies 4X4; disfrutar de alguna actividad cultural en el Palenque que data de 1863; visitar su museo la Casa de Moneda con exposiciones temporales; caminar por las ruinas Compromiso llenas de leyendas fantasmales y mucho, pero mucho más para enamorarte de Real de Catorce.

Los atractivos naturales de Zimapán son bastantes e ideales para el ecoturismo y el turismo de aventura, pero su fuerte tradición colonial y minera lo hacen también un lugar imprescindible para visitar en la Sierra Gorda del estado de Hidalgo, esa derivación de la Sierra Madre Occidental, aunque no vayas en busca de experiencias cargadas de adrenalina.

Este encantador Pueblo Mágico se localiza a mil 770 m de altura sobre el nivel del mar. Podríamos decir que como parte de sus cautivadores paisajes y maravillas naturales, es uno de los escasísimos lugares en el planeta donde se puede hallar un raro elemento químico conocido como vanadio —un metal dúctil pero muy duro—,  utilizado bastante en aleaciones de tipo industrial.

Antes de lanzarte a la aventura en sus alrededores, te invitamos a conocer su Centro Histórico, aunque pequeño, que te cautivará con sus edificaciones de cantera, como la Parroquia de San Juan Bautista; por su gastronomía local: barbacoa, cecina, enchiladas, escamoles, pulque, o incluso por sus ayates bordados, morrales o juguetes en madera. Es decir, la oferta de Zimapán no terminará pronto.

El Vigilante

¿Te imaginas un monolito de 15 metros de altura, el cual tiene dos perfiles humanos formados de manera enteramente natural? Pues ese es precisamente El Vigilante, el cual es un macizo rocoso en el que se conjuga de manera armoniosa ese fenómeno que los expertos llaman pareidoleia.

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Aunque este intrigante fenómeno te cautivará por sí solo, la emoción no terminará porque alrededor tendrás unos paisajes sublimes del Cañón del Infiernillo, con paredes de roca de más de 400 metros y con una estrecha boquilla que deja pasar el río Moctezuma. Déjate llevar por sus caprichosas formas.

Parque Nacional Los Mármoles

En este parque hay muchos atractivos que no deberás perderte. Además de su muy abundante flora, podrás visitar la Barranca de San Vicente, con sus 800 metros de profundidad.También allí está el cerro del Cangandhó, con su elevaciones de casi 3 mil metros de altitud; allí podrás comprobar los intrigantes efectos magnéticos de la “Piedra imán”.

Este Parque Nacional Los Mármoles es la segunda área natural protegida con mayor extensión territorial en el estado de Hidalgo, después del Parque Nacional El Chico.

Grutas de Xajhá

Un recorrido en lancha por un río, para terminar el trayecto en la cascada El Encanto (sin caerse por ésta, por supuesto), te permitirá ver alrededor grandes cañones.

Después de dejarte llevar por el cauce de estas aguas cristalinas (a 43 rados de temperatura), puedes acelerar la producción de adrenalina con una tirolesa para luego comer una exquisita mojarra.

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Si te quedan ganas, puedes hacer senderismo guiado y tomar un paseo en cuatrimotos o en vehículos todoterreno.

Parroquia de San Juan Bautista

El arte barroco de la Sierra Gorda de Hidalgo tiene en esta parroquia su más conspicuo representante. Y su arte sacro no es el único atractivo, pues sus ventanas oblicuas le permiten a la luz entrar poco a poco, en el solsticio de verano, en tres haces de luz que bañan el interior del templo.

El trabajo artesanal y artístico en las pilastras, capiteles, bautisterio y el púlpito, todo de cantera, es sobresaliente. Si puedes, detente un poco en el púlpito, el cual tiene forma de flama, un aspecto poco usual en estas plataformas religiosas.

Presa Zimapán

Ideal para la pesca deportiva o para caminatas por el Cañón de las Brujas y del Epazote, la Presa Zimapán, cuyo nombre oficial es Presa Fernando Hiriart Balderrama, está ubicada en la frontera entre Querétaro e Hidalgo.

Las caminatas incluyen túneles subterráneos de 120 y 650 metros. Un imperdible de esta increíble hidroeléctrica es el cañón conocido como Peña del Águila, el cual tiene mil 200 metros de longitud y una vista extraordinaria.

¿Cómo llegar?

Zimapán se localiza a 2 horas en auto desde San Juan del Río, en Querétaro; a 2:30 horas de Pachuca o la capital de Querétaro; a 3:15 de San Miguel de Allende, y 3:30 horas de la Ciudad de México.

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