San Juan Parangaricutiro, el pueblo sepultado por la erupción del Paricutín

De esta localidad sólo quedan pocos vestigios, como una iglesia semienterrada

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San Juan Parangaricutiro, el pueblo azotado por la erupción del Paricutín
Foto: culturismo.mx/Instagram

México cuenta con su propia Pompeya y se encuentra en Michoacán: el pueblo de San Juan Parangaricutiro, el cual quedó sepultado por la erupción del Paricutín, que es el volcán más joven del mundo.

El Paricutín nació el 20 de febrero de 1943 y ese mismo día erupcionó, dejando un pueblo fantasma a su paso. Afortunadamente, no provocó muchos decesos, pues los pobladores pudieron abandonar sus casas antes de que la lava los alcanzara, y se trasladaron a la exhacienda de Los Conejos, donde fundaron su nuevo hogar.

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San Juan Parangaricutiro quedó sumergido bajo pliegues de roca volcánica y lava fosilizada. Hoy quedan pocos vestigios de lo que un día fue un pueblo, como la iglesia, cuyo campanario, parte de la portada y un nicho en el que los fieles acuden a orar y colocar veladoras, fueron las únicas partes que no fueron sepultadas.

En la actualidad, el sitio donde existió un poblado se llena de turistas para admirar el desolador paisaje que dejó el fenómeno natural. Cabe recordar que el Paricutín es uno de los volcanes monogenéticos, es decir, que tuvieron una sola erupción y se apagaron.

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La huella de San Juan Parangaricutiro

Ubicado en la parte occidente de Michoacán, con una altura de 3 mil 170 metros, la actividad del Paricutín terminó el 4 de marzo de 1952. La lava cubrió un área de 40 kilómetros y destruyó el pueblo de San Juan Parangaricutiro.

Hoy, San Juan Parangaricutiro es una muestra de la imponente fuerza de la naturaleza, la cual puede destruir todo a su paso. También dejó una gran lección y reflexión sobre lo diminuto que es el ser humano en comparación con la fuerza de la Tierra.