La Encarnación: nostalgia por un pasado minero de alcance internacional

Hoy esta localidad parece un pueblo fantasma debido a la migración por falta de servicios y oportunidades laborales

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La Encarnación, un hermoso pueblo de Hidalgo con pasado minero
Foto: @colores.de.mx/Instagram

La Encarnación es un pueblo con pasado minero que se ubica en Zimapán (Hidalgo), dentro del Parque Nacional Los Mármoles —uno de los escasos sitios verdes que aún existen en esta entidad—, región decretada como tal por Lázaro Cárdenas, expresidente de México, en 1936.

En el poblado La Encarnación puedes disfrutar el contacto con un ambiente boscoso y mágico y una antigua arquitectura de estilo inglés donde se respira la nostalgia.

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Los inicios de La Encarnación

La Encarnación se fundó en 1815 y se convirtió en cabecera municipal de Zimapán gracias a su riqueza en recursos minerales; destacó por su fundición de hierro en los altos hornos y chimeneas que hoy permanecen en ruinas —y que poco a poco la naturaleza ha ido demandando, cubriéndolos de pasto y musgo, como si se tratase de una alfombra—.

Con el paso de los años, esta localidad se fue despoblando debido a la migración provocada por la falta de servicios y oportunidades laborales. Como si se tratara de un pueblo fantasma, hoy tiene una identidad especial y única.

La Tienda de Raya del lugar, de acuerdo con los habitantes, servía a más de 800 personas que llegaron a este pueblo a trabajar en la que un día fue la fundidora de metal más famosa del estado.

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Durante su época de apogeo (Porfiriato), la mina La Encarnación ganó la medalla de oro en la Exposición de Londres (1900). Su trabajo de fundición también era destacado; de hecho, varias piezas destinadas y utilizadas en los cimientos de la Torre Eiffel se fundieron en este poblado.

Aquí se pueden recorrer senderos místicos entre manzanas y piñones, además de probar vinos y ates de frutas del bosque, así como unas deliciosas truchas.